¿Cómo ahorrar en el restaurante?
Ese hambre volvió a golpearte y miraste a la cocina sin las mismas ganas en tu estómago de preparar algo de comer. Semana ajetreada, mucho trabajo, cuerpo cansado y, al menos esta vez, un bolsillo más ‘lindo’.
Ante este raro escenario, te atreves a decidir: ‘Hoy me voy a comer a un restaurante’. Excelente. En ese momento, puedes imaginar todas esas delicias que puedes consumir -y que, no siempre, suelen frecuentar tu mesa en casa.
Pero para hacer felices a los gusanos, debes tener cuidado de que tu bolsillo no se vacíe mientras llenas tu barriga. La pregunta apetecible persiste: ¿Cómo comer bien sin pagar demasiado o demasiado poco?
De eso hablaremos en este post para que tu recorrido gastronómico sea más una experiencia sabrosa para tu paladar y menos un malestar económico. ¡Siéntete libre de usar nuestros consejos!
1 – INVESTIGACIÓN
Está bien que quieras darte el regalo de comer en un buen restaurante. Pero eso no significa, por ejemplo, que simplemente salgas y te detengas en el primero que te venga a la mente o encuentres en el camino.
Incluso quienes tienen este tipo de rutina suelen echar un vistazo a los valores practicados. Para ello, basta con echar un vistazo a las redes sociales de los restaurantes para ver cuál puede ser vuestra experiencia buena y lo más económica posible.
2 – APLICACIONES
¿Conoces esa estrategia de consumo en la que obtienes una bonificación, en este caso, una comida, después de una cierta cantidad de pedidos? Bueno, todavía existen, pero ahora en formato digital.
Ese cupón de papel, que corres el riesgo de perderlo en cualquier momento, ya ha sido reemplazado por una nueva versión, disponible en apps. Si es el caso del restaurante que has elegido, descárgalo.
3 – RESERVA TU MESA
Como cualquier otra casa comercial, los restaurantes también dependen de la facturación para obtener más ganancias. Por eso las cadenas de comida rápida invierten tanto para que te quedes lo menos posible.
Entre los restaurantes habituales, que disfrutan de su presencia durante más tiempo -para consumir más-, es habitual disponer de reservas de mesa disponibles, incluso a precios promocionales. Cuidado con eso.
4 – DÍAS HÁBILES
¿Está programado para recoger esa cena de primera clase el próximo sábado? Excepto por una razón especial, una cita para dos, por ejemplo, piensa en otra fecha para tu visita al restaurante.
El caso es que los importes que se cobran los fines de semana suelen ser superiores a los que se cobran los llamados días laborables, de lunes a viernes. En caso de duda, tenga en cuenta la variación de precios en los restaurantes de su ciudad.
5 – BEBIDA APARTE
Está bien que hayas salido a comer, pero beber no está fuera del paquete. Aunque sea solo agua. Si consumes refrescos o bebidas alcohólicas, nota la diferencia de precio en el menú con el del supermercado.
La sugerencia aquí es que controle este tipo de consumo o pida solo después de la comida, según sea su costumbre. Recuerda que el líquido también llena el estómago donde podría estar un plato extra sabroso.
6 – IZQUIERDA PARA CASA
Acabas de comer y todavía quedan restos de los platos en tu mesa. Si no soporta tragar nada más, pídale al camarero que lo recoja todo y lo guarde en loncheras para que pueda llevárselo.
¿Te da vergüenza hacer esto? ¡Entonces haré daño al tuyo! Esa comida ya ha sido pagada por ti y si la descartas, debes saber que el camino directo será la basura. Ya que no tenemos tiempo para desperdiciar comida, llévatela.
ENTONCES, ¿HAS PROBADO NUESTROS CONSEJOS?
Haz como nosotros: programa tu recorrido con anticipación y disfruta de deliciosas experiencias para tu paladar y tu bolsillo. ¡Es garantía de buena digestión en tu presupuesto económico!