¿Cómo ahorrar en la factura de la luz?

Y la factura de la luz subirá. De nuevo. Y, esta vez, con toda la energía a tarifa. Puede llegar hasta el 300% para los más ricos y al menos el 42% para la clase media argentina. Los nuevos valores se discutirán en audiencias públicas previstas para mayo.

En la práctica, estos reajustes acaban afectando al mercado por el inevitable traspaso del mayor costo en la venta de diversos productos, especialmente los de primera necesidad, como los alimentos, por ejemplo.

Por si este ‘efecto dominó’ en los bienes de consumo fuera poco, el ciudadano tendrá que cuidarse, en su casa, en la empresa y en cualquier otra entidad a la que esté vinculado, para que la factura de la luz no se encarezca aún más. de lo que será.

Por eso te sugerimos algunos consejos para que intentes frenar los efectos de los reajustes con nuevos hábitos de consumo eléctrico – si es que aún no los practicas. Si es así, verifique si no hay algo más que pueda implementar.

1 – DUCHA, EL VILLANO

Sí, sus baños de agua caliente pueden acortarse aún más. Si ya tienes la costumbre de darte duchas frías, genial. Simplemente reduzca el tiempo para que en lugar de electricidad, gaste más en agua.

De vuelta en la ducha (solo aquí en el texto, ¡eh!). Comprueba que la potencia del electrodoméstico que has instalado es compatible con la de tu hogar. Es importante verificar esta compatibilidad. En caso de duda, consulte a un técnico.

Para calcular cuánto estás gastando en luz solo con tu ducha, divide la potencia de la casa por la del electrodoméstico. Luego, simplemente multiplique el costo base por el tiempo de las horas de baño.

2 – ¡FALLO DE ENERGÍA!

¿Sabes cuando haces todos los sacrificios posibles para reducir tu factura de la luz y los valores insisten en no bajar tanto? Puede haber lo que se llama ‘energía en movimiento’: la energía que gastas y no sabes cómo.

Comprobar este eventual problema es sencillo: apaga todos los equipos de tu casa que requieran el uso de electricidad -desenchufa todo- y comprueba si el reloj de carga sigue funcionando.

Si esto ocurre, es necesario que hagas un análisis general de la instalación eléctrica instalada en tu vivienda. Puede ocurrir, por ejemplo, que algún cable pelado esté distribuyendo energía innecesariamente. Si puede, llame a un electricista.

3 – MENOS SALIDA

Al igual que la prueba que sugerimos anteriormente, puede reducir su consumo de electricidad dejando tantos enchufes como sea posible en su hogar. Solo el hecho de que esté enchufado a la pared ya es un gasto.

Así sucede con los televisores, los hornos de microondas, entre otros, ¡como el temido aire acondicionado! Incluso si no se utilizan, estos aparatos siguen consumiendo energía simplemente porque están enchufados a la toma de corriente.

Esto aplica incluso para los cargadores de celulares que mucha gente suele dejar conectados a la red eléctrica con la excusa de ‘no perderlos’. Quien pierde, incluso, es tu bolsillo. A tiempo: ¡no apagues la nevera!

4 – CAMBIO EN LA COCINA

El mantenimiento ininterrumpido del funcionamiento de los alimentos refrigerados -salvo limpieza rutinaria- tiene una explicación eléctrica, por así decirlo. Con cada apagado, el dispositivo requiere mucha energía para funcionar completamente.

Por si fuera poco, los frigoríficos suelen tener un vecino indeseable: la estufa. Mientras que los primeros trabajan duro para mantenerse frescos, los segundos están a toda máquina para calentar todo lo que pueda.

Una de las escenas más habituales en los hogares es abrir la puerta de la nevera de al lado mientras se cocina la comida. Desde el punto de vista del consumo eléctrico, el frigorífico sale perdiendo. Considere cambiar la disposición de estos electrodomésticos en su cocina.