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¿Cómo proteger a nuestros mayores de las estafas?

Actualizado maio 31, 2022 | Autor: Rodrigo
¿Cómo proteger a nuestros mayores de las estafas?

Llegamos a cierta edad en la vida en la que, en la mayoría de las personas, hasta el razonamiento más simple se ve afectado. Cosas sencillas del día a día: olvidar lo que tienes que hacer, pagar y recibir facturas en el banco, etc.

No, no se trata de posibles síntomas de alzhéimer -que, en la persistencia, vale la pena consultar con un geriatra-, sino de esas rutinas que solo se vuelven más desafiantes para la mente de las personas mayores.

Precisamente por eso, hay muchas personas inteligentes que se aprovechan de esta condición que afecta a tantas personas para engañar, aplicar todo tipo de estafas, ya sea para llevarse unos cuantos dólares o incluso los ahorros de toda la vida.

Por eso es tan necesario prestar atención a la lucidez de nuestros padres, abuelos, tíos y amigos que han llegado a la Tercera Edad y orientarlos sobre cómo actuar en diferentes situaciones como las que hemos seleccionado a continuación. Presta atención a las pautas básicas que te sugerimos.

BOLETO GANADOR

Comencemos con una de las estafas más conocidas y que, créanme, sigue engañando a muchas personas, especialmente a los ancianos. Es el boleto que aparece otorgado en la mano de alguien supuestamente desinformado.

La estrategia aquí es encontrar a alguien que incluso esté dispuesto a sacarlo de su propio bolsillo para ayudar al afligido ganador del premio. Aquí hay un agravante: el bandolero juega con la ambición de la persona -una anciana, en este caso- golpista.

La pauta aquí es simple: ante una situación como esta, la recomendación es buscar una lotería o agencia bancaria. Si hay persistencia, adelante y, si puede, denúncielo a la policía de inmediato.

FALSO SECUESTRO

La persona está en casa viendo la televisión y de repente recibe una llamada telefónica. Al otro lado de la línea, alguien afirma haber secuestrado a un ser querido, un niño, principalmente. Peor aún cuando la víctima la llama por su nombre.

Desesperada por la inesperada situación -y debido a la desinformación-, la víctima termina pagando el supuesto rescate a los bandidos -quienes, no pocas veces, están dando el golpe por celulares clandestinos dentro de un centro penitenciario.

¿Qué hacer en este caso? En caso de duda, cuelgue el teléfono. Consulta el contacto de la persona ‘secuestrada’ por teléfono o, en su caso, pide que alguien se ponga en contacto contigo. Y, por supuesto, denunciar la estafa.

AUTO ROTO

A altas horas de la noche y un abuelo que aún estaba despierto se estaba preparando para ir a la cama cuando recibe una llamada telefónica. Para su sorpresa, es un pariente cercano, o a veces lejano, en una supuesta situación.

En cualquier vía, cercana, el auto se descompuso y el ‘pariente’ asegura haberse acordado del anciano, pues estaba cerca. Pese a la cercanía, “para no molestar”, pide ayuda en efectivo, por transferencia bancaria.

Dadas las circunstancias -tiempo, sorpresa, pariente lejano- el camino es poner cualquier excusa, colgar el teléfono, sondear a los familiares sobre tal historia y, ante la falta de veracidad, sugerir a los ladrones que recurran a la grúa de la policía.

DATOS BANCARIOS

Otra estafa muy común que ha perjudicado a muchas personas mayores por ahí: la ‘confirmación’ de datos bancarios por parte del banco. Un ‘empleado’ llama e informa, bajo cualquier excusa, que necesita actualizar los datos del ‘titular de la cuenta’.

Mientras engaña al cliente -una persona mayor, en este caso- con palabras amables y una falsa preocupación por la protección de datos, el delincuente le pide números de documentos -que ya conoce de antemano- y, principalmente, contraseñas de tarjetas.

La regla aquí es clara: aconseje no transmitir ninguna información, excepto aquellas que serán tratadas personalmente con el gerente del banco, si es necesario. Y, por supuesto, cuelgue el teléfono de inmediato. Y fin de la historia.