¿Cómo salgo de la deuda de la tarjeta de crédito?

A lo largo del tiempo, los hombres (y las mujeres) utilizaron diversos recursos a cambio de crédito.

Desde su bigote (o su propio cabello), hasta los billetes prometedores, los cheques casi obsoletos pero sobrevivientes y, por supuesto, las tarjetas.

Siempre ha habido quienes no se atrevieron a pagar a tiempo, lo que resultó en el pago de intereses sobre intereses, llevando a muchos a la quiebra empresarial.

Hoy en día, el dilema más recurrente es con las deudas relacionadas con las tarjetas de crédito, conocidas mundialmente por cargos desorbitados a quienes se atreven a incumplir.

Para aquellos de ustedes que tienen sus tarjetas de crédito en el bolsillo y están atascados, a continuación se presentan las posibles formas de salir de este peligroso laberinto financiero lo antes posible.

1 – Conoce el tamaño real del rombo

Sucedió. La factura ha caducado y no has pagado. Eso es todo: es suficiente para que las tasas de interés se activen.

Lo primero que debe hacer: póngase en contacto con la ‘bandera’ de su tarjeta.

El objetivo aquí es conocer el tamaño real de la deuda.

Aprovecha para preguntarle al encargado -y no al servicio electrónico- el costo exacto de tu deuda:

El monto de las adiciones e intereses al valor de la factura.

2 – ¿Cómo vas a pagar?

Después de conocer al dragón, es necesario analizar cómo defenderse de él.

La situación requiere un nuevo examen de su presupuesto mensual para ver dónde puede recortar o al menos disminuir para que le quede dinero para pagar la deuda de su tarjeta.

Ahí es cuando te das cuenta de la importancia de anotar tus gastos o te das cuenta de que no podrías controlar tu tarjeta de crédito de todos modos.

Vuelva a trabajar en las hojas de trabajo y organice un plan de pago de la deuda.

3 – Tiempo para la renegociación

Ya consciente de cuánto debes realmente y de dónde puedes sacar dinero para pagar tu deuda, contacta nuevamente a tu operador de tarjeta de crédito y escucha la propuesta que la compañía tiene para ofrecerte.

Pero cuidado: la sugerencia del operador, por muy buena que parezca, debe enmarcarse en tu realidad.

O mejor dicho, en la planificación que trazaste para poder pagar sin apretarte tanto el cinturón financiero.

4 – Revisa el plan

Pero, dependiendo de cuánto gastaste –o mejor dicho, de tu crédito al tope– la solución será reorganizar tu propio plan y recortar aún más tus gastos.

Se pueden sacrificar abonos de televisión, peluquería, cenas y fiestas.

Y eso no es todo: limitar el gasto en compras varias -alimentos, ropa, etc.- así como el consumo de agua, electricidad (adiós duchas largas y calientes), gas, teléfono.

Cambia la aplicación de transporte por caminar si es posible.

5 – ¡Deja de dividir!

De nada sirve estar totalmente endeudado con una tarjeta de crédito y usar la otra como si nada.

Utilizar sólo en caso de extrema necesidad. De lo contrario, paga todo lo que puedas en efectivo.

Piensa en el lado positivo:

Esta situación puede educarte a ti y a tu familia en el manejo responsable del crédito para que, la próxima vez, se respete el límite definido para esa tarjeta en uso.

6 – Reemplace la deuda de su tarjeta de crédito

Si no tienes éxito en la renegociación y te das cuenta de que tu presupuesto estará demasiado estrangulado para pagar la cuota que ofrece el operador, el camino es cambiar una deuda por otra.

Es posible hacerlo a través de un préstamo cuyas condiciones de pago (número de cuotas e intereses) son mejores que las que ofrece el operador.

Puede ser la oportunidad de saldar la deuda de la tarjeta de una vez. Piense en eso. ¡Y no más!

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