Home office: ¿realmente merece la pena continuar?

La pandemia llegó con todo en marzo de 2020. El Covid-19 impuso el aislamiento de las personas para reducir el riesgo de transmisión y, en consecuencia, la distancia social, tanto en las familias como en los entornos laborales.

A la fecha de publicación de este post, más de 128.000 argentinos ya habían perdido la vida por la enfermedad, mientras que 37,2 millones ya habían sido vacunados, lo que corresponde al 82% de la población del país.

La inmunización, por cierto, permitió la reapertura de puertas y oportunidades de negocios, el acercamiento físico de las personas y ‘nuevos’ modelos de ambientes de trabajo. Principalmente oficinas en casa.

Ante este escenario actual, la pregunta es: ¿realmente vale la pena mantener las empresas o seguir trabajando de esta manera? A continuación se presentan algunas ventajas y desventajas. Vea lo que coincide con su realidad y lo que no.

BENEFICIOS

1 – HORARIO FLEXIBLE

Es entonces cuando el trabajador o prestador de servicios tiene la oportunidad de ajustar su jornada laboral al tiempo disponible en su hogar, con el fin de elegir momentos en los que pueda ser más productivo. Algunas personas prefieren trabajar de noche, por ejemplo.

2 – MENOS COSTES

Con menos personas en la oficina -o sin nadie- las facturas de luz, agua, teléfono, etc., se reducen naturalmente, lo que supone una ganancia en la política de contención de costes de la compañía, con o sin pandemia.

3 – MENOS TRÁFICO

Sin la necesidad de viajar todos los días al lugar de trabajo, el empleado gana más tiempo de calidad, ya sea para su propio trabajo, pero también para su familia, con quienes puede almorzar juntos, si es necesario.

4 – DISCRECIÓN

Es el tipo de cosas que se pueden garantizar cuando se trabaja desde casa. Al menos, en cuanto al entorno en el que te encuentras, en el sofá, con las piernas en alto, y cómo, en pijama, ¡listo para dormir una vez más!

5 – EXPANSIÓN DEL SERVICIO

Dependiendo del tipo de servicio que se ofrezca – atención al cliente online, por ejemplo – es posible diversificar las escalas, de modo que haya al menos un empleado para brindar asistencia durante las 24 horas.

DESVENTAJAS

1 – VIDA FAMILIAR

Si el trabajo se va a casa, es necesario ajustarlo a la rutina familiar, la cual, a su vez, tiene sus propias exigencias que requieren tiempo y dedicación. El camino es compaginar la realización del informe con la reparación del grifo o los deberes de los niños.

2 – EL HOGAR NO ES LA EMPRESA

La casa no siempre ofrece las mismas condiciones de comunicación que tendrías si estuvieras en la empresa. La velocidad de Internet, por ejemplo, es una de las quejas más frecuentes, especialmente para aquellos que necesitan enviar y recibir archivos ‘pesados’.

3 – INSEGURIDAD

Al utilizar los equipos disponibles en la empresa, la compartición es atendida por sistemas que garantizan la seguridad de los datos. Los dispositivos remotos no siempre brindan la misma posibilidad debido a la diversidad de tipos de acceso a Internet.

4 – VIAJE MÁS LARGO

El hecho de estar en casa no siempre es ventajoso para controlar la carga de trabajo. No es raro que la gente confunda el expediente profesional con la agenda personal, hasta el punto de expandir la primera mucho más allá de lo necesario.

5 – DEMASIADA DISTANCIA

Mientras gana tiempo con la familia, el trabajador de la oficina en casa pronto nota la desconexión de las relaciones laborales, ahora restringidas a aplicaciones de mensajería o video. A algunos incluso les gusta, pero muchas personas aún prefieren tratar con colegas en persona.

¿ENTONCES, QUÉ PIENSAS?

Sea cual sea tu realidad hoy, ¿estás de acuerdo con el home office o no? Comenta con nosotros sobre el tema. Cuenta tus experiencias. Quién sabe, ¡puede que no seas el personaje de nuestro próximo texto sobre la oficina en casa!