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¿Vale la pena pagar alquiler en Buenos Aires?

Actualizado outubro 20, 2022 | Autor: Rodrigo
¿Vale la pena pagar alquiler en Buenos Aires?

Que el déficit habitacional es una realidad de la que no podemos escondernos, ya lo sabemos. Al menos 200.000 personas siguen hacinadas, hacinadas en chabolas en 30 barrios pobres de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Datos recientes de Defensoría del Pueblo también señalan que el 40% de todos los residentes en la capital del país son inquilinos. Es decir, dependen del pago de la renta para, al menos, quedarse donde están.

No es casual que la crisis económica que atraviesa Argentina, sumada a las consecuencias de pérdida de ingresos y de capacidad adquisitiva provocadas por la inflación y los reflejos de la pandemia, aprieten el déficit habitacional.

Ante este escenario, la pregunta que hay que hacerse es: ¿sigue valiendo la pena vivir pagando alquiler en la principal ciudad del país? ¿Cuál es el costo de la misma? ¿Qué alternativas habría para eso? Reflexiona con nosotros en este texto.

ANTES, ALGUNOS DATOS…

También según el informe de la Defensoría de la Defensoría antes mencionado, la mayor concentración de inquilinos (más del 70%) reside en la zona sur de la ciudad, donde hay hacinamiento y falta de saneamiento básico.

Al menos el 5% de las viviendas estarían en “condiciones deficitarias”, mientras que incluso los proyectos habitacionales entregados por el Poder Público exponen situaciones de “riesgo constructivo y ambiental”.

En tanto, al menos 65.000 casas y departamentos en la capital del país estarían “vacíos o deshabitados”, pero “aptos” para ser ocupados, incluidos los 480.000 que aún tienen “problemas habitacionales”.

VALORES

La extraña distancia entre la amplia disponibilidad de oferta y los inquilinos que podrían convertirse en potenciales residentes se explica por varios factores, empezando por los valores que practica actualmente el mercado inmobiliario.

Investigaciones publicadas por el diario ‘Página 12’ apuntan valores promedio de $59.000, $69.000 y $95.000 para viviendas de una, dos y tres habitaciones, respectivamente. No se incluyen gastos que suman casi un 15% a los valores.

El compromiso de salario mínimo (actualmente $54.550) alcanza el 92,5% en la opción más baja citada en el párrafo anterior. En otras palabras: entre vivir y comer, los más pobres toman la segunda opción y viven precariamente.

DILEMA INFLACIONARIO

Incluso para aquellos cuyo salario o ingreso es suficiente para sostener el pago de la renta, el costo se ha incrementado de tal manera que erosiona la capacidad de pago del inquilino, mes a mes, debido a la inflación.

Según información del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) difundida este jueves (20), los últimos ajustes mensuales de alquileres en Buenos Aires oscilaron entre 5,6% y 7,3%.

Vale recordar que, dependiendo del tipo de vivienda, el impacto supera incluso a la inflación acumulada en los últimos 12 meses del 83%. Son los casos de monoambientes (96,7%) y unidades con dos (86,5%). Con tres sigue en el 72,7%.

CUESTIONES CONTRACTUALES

La dificultad de pronosticar la inflación para el período total (generalmente 12 meses) también debe tenerse en cuenta cuando se firman los contratos de arrendamiento, para que los montos puedan acompañar a los reemplazos necesarios.

Mientras tanto, sin embargo, el inquilino puede encontrarse en problemas para mantener el compromiso mensual, al menos por el valor de las cuotas iniciales, debido a la devaluación permanente de la renta.

Ante este riesgo, muchos propietarios incluso prefieren mantener sus propiedades cerradas o incluso arrendadas por periodos mucho más cortos, como si fueran ‘hoteles’ o ‘pensiones’, siempre y cuando ofrezcan todo el mobiliario necesario.

Por eso, también, la constatación del desplazamiento de muchas familias a otras regiones del país, especialmente al interior de las provincias, donde encuentran condiciones más dignas de vivienda y trabajo para subsistir en este país.